Inicio de la Era Espacial

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Sputnik

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el mundo tuvo que ser testigo de una contienda muy peculiar a la que llamamos “Guerra Fría”. Dos ideas opuestas de cómo vivir y producir en sociedad emergieron y se disputaron el dominio del planeta. Dos potencias, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas amenazaron durante décadas al mundo con la latente posibilidad de volver a estar inmersos en la crueldad de la guerra y la destrucción. Alternando años más pacíficos y otros de mayor violencia. La guerra fría tuvo una influencia cultural inmensa. Llegó al cine de la mano de películas como las de James Bond, el agente 007 y series como El agente de C.I.P.O.L. en donde un espía norteamericano -Napoleón Solo- y un desertor espía de Georgia, la tierra de Stalin –Ilya Kuryakin (1) - se juntaban para luchar contra un enemigo más poderoso y dañino que intentaba dominar el mundo y esclavizar a la humanidad. 


No siempre la cuestión fue tomada tan en serio. La serie que parodiaba los conflictos entre superpotencias: Maxwell Smart, agente 86 era subtitulada “El súper agente del recontra espionaje” y sacaba carcajadas con un tema a veces muy espinoso. La propaganda fue un elemento privilegiado en el enfrentamiento político e ideológico. En los momentos más "calientes" ambas potencias recurrieron a la censura y a la desinformación para mantener a su población segura del poder de sus gobiernos y con un fuerte miedo al enemigo. 
El deporte fue otro de los terrenos en los que se manifestó la "guerra fría". Los Juegos Olímpicos se convirtieron en simbólicos campos de batalla en los que las victorias deportivas se concebían como triunfos de las respectivas culturas y modelos de sociedad.

 

El Macartismo no fue broma ni ficción. Fue una persecución de ciudadanos norteamericanos, artistas, políticos y activistas por los derechos civiles, que censuró y arruinó muchas vidas en pos de la lucha contra el enemigo rojo (como se conocía por entonces al comunismo). EEUU se adueña del ideal de la defensa del mundo libre en contra del opresivo y controlador de las conductas individuales que implicaba el comunismo. Aunque, por supuesto, las persecuciones del Macartismo no tuvieron mucho que ver con la defensa de la Libertad. 
El mundo se había partido en dos tras la Segunda Guerra Mundial. Alemania Occidental (República Federal Alemana) y Alemania Oriental (República democrática Alemana) representaban esa división de un modo muy real. En 1961 se levanta el muro de Berlín que dividió por dos décadas a familias, amigos, ciudadanos de un modo que hoy resultaría casi increíble imaginar. 
Tras el pacto de Varsovia, los países de Europa Oriental quedaron bajo la influencia de la Unión Soviética, que había tenido una activa participación en la guerra para liberar al mundo del nazismo. 


EEUU no estaba dispuesto a entregar la hegemonía de Europa al comunismo. Es en ese contexto que se organiza “El plan Marshall” Este fue un programa norteamericano de ayuda económica para reponerse de la devastación que había dejado la guerra en los territorios donde se había desarrollado. Los países que lo aceptaron, también tuvieron que aceptar condiciones que atacaban su propia independencia y por ello, el bloque soviético lo rechazó. Los países de Europa Occidental empezaron a prosperar económicamente gracias al apoyo financiero y a la tecnología que se superaba día a día. 


Los países que se sumaron al bloque soviético también enfrentaron contradicciones difíciles de superar. La industria soviética y los yacimientos de petróleo y gas en Siberia, junto a la construcción de centrales hidroeléctricas y termonucleares ayudaban al crecimiento.


Mientras que la devastación de los campos dejada por la guerra y la baja productividad agrícola hacían peligrar la alimentación de una población en aumento. Tras la muerte de Stalin (1953), Nikita Jruschov intenta extender cultivos de alimentos a zonas áridas, con dramáticas consecuencias para los campesinos que son llevados allí. A su vez, se enfrenta a los miembros del propio partido por iniciar una desestalinización que llevó a varios intentos de independencia sofocados militarmente con consecuencias muy negativas para la imagen mundial de la URSS. Como consecuencia de todo ello, el mismo Nikita enfrentó un intento de golpe de Estado al interior del Partido. 


Jruschov se daba cuenta que el ejército, que había cumplido una función crucial a la hora de ganarle a los Nazis en territorio ruso, ya no podía lograr el mismo éxito en un supuesto enfrentamiento con la otra potencia vencedora en 1945, EEUU. La necesidad de obtener armas capaces de dañar a un enemigo distante llevaron al ascenso a ingenieros rusos y norteamericanos con ideas visionarias tomando como base los V2 (2) que habían sido lanzados a Gran Bretaña por los Nazis. Si estos cohetes pudieran ser perfeccionados, serían capaces de generar un daño terrible sin necesidad de utilizar un gran ejército de hombres, armas y municiones. La inversión en esta nueva tecnología suponía un ahorro inmenso a futuro y tener garantizada la defensa del territorio propio. El primer paso era retomar donde los alemanes se habían quedado…por ello, ni bien terminó la guerra y los norteamericanos y los rusos se dividieron zonas de ocupación en territorio alemán, comenzó la búsqueda de todos los rastros de aquella máquina mortal. 


Incluso antes de darle punto final al conflicto bélico, la CÍA ya estaba buscando a los cerebros detrás de todas las tecnologías, de todos los conocimientos científicos que los Nazis habían alcanzado, especialmente en armamentos. Llamaban a esa tecnología alemana armas maravillosas. La misión secreta con ese fin se denominó Operación “PaperClip”, la llevó a cabo Allen Dulles desde Suiza eligiendo a los científicos, negociando con ellos su extradición, y sobre todo borrando los antecedentes que los vinculaban a las acciones militares nazis, para que no fueran objetados en América. Por su parte, el científico alemán Werner Von Braun, también se preparaba por su cuenta para salir de Alemania al notar que la guerra se perdía. Había formado parte de las SS y diseñado los V2. Esos cohetes tan exitosos para el ejército Nazi, ahora estaban doblemente manchados con sangre, pues habían matado civiles en Gran Bretaña al ser lanzados y eran fabricados en un campo de concentración, con mano de obra esclava (3). Pero los ideales de Von Braun eran tan fuertes, que ahora estaba dispuesto a pasarse al bando triunfante. Von Braun tenía la determinación, desde muy pequeño, de construir un artefacto que llegara a la Luna. Estaba dispuesto a trabajar al servicio de quien tuviera el capital suficiente para financiar su proyecto. 


Los norteamericanos descubrieron la fábrica de Mittelwerk donde se construían los V2 y se llevaron todo lo que pudieron antes de que llegaran los rusos. Esa zona había quedado dentro del territorio que le tocaba ocupar a Rusia. Cuando el Coronel Boris Chertok llegó a la fábrica de Mittelwerk tuvo que recoger los pedazos de cohetes que los norteamericanos habían dejado en el camino. Para su fortuna también encontró planos y ayuda de un antiguo prisionero del campo de concentración.  La llegada de los científicos Nazis a EEUU tuvo fuertes cuestionamientos. El mismísimo Einstein, junto con otros científicos importantes le escribió una carta al presidente Harry Truman para reclamar por la presencia de Von Braun y otros de sus compatriotas, considerando que eran portadores de un odio racial y religioso y cuestionando la presencia de tales personajes que habían sido miembros del Partido Nazi, y ahora iban a ocupar puestos en instituciones científicas y militares. 

Von Braun y otros de su equipo pasaron años escondidos por el ejército en Texas hasta que la población estadounidense y el mudo Occidental pasaron a tener un nuevo enemigo: el Comunismo. La propaganda anticomunista, y los horrores del Stalinismo hicieron olvidar los terrores del Nazismo. Así fue como los ideólogos del V2 pudieron formar parte de proyectos militares en la tierra de la libertad. El caso de Von Braun fue muy especial. En 1957 el general Medaris del Ejército crea una agencia de Misiles Balísticos (ABMA) cuyo objetivo era crear misiles balísticos intercontinentales y recluta al ingeniero alemán. Al mismo tiempo, Walt Disney golpea su puerta con una propuesta desopilante: ser la voz de un programa televisivo que iba a publicitar un parque de diversiones que estaba creando. Por increíble que parezca, Von Braun fue la voz de ese programa, y aprovechó ese espacio alejado de las tensiones políticas e internas militares para publicitar su proyecto, abriendo a la sociedad la participación y el entusiasmo por su sueño de tocar la Luna. 

Sin embargo, no todo fue tan sencillo para esta carrera hacia el espacio. Los gobiernos del mundo, no tenían ningún motivo para financiar semejante proyecto. Los que ansiaban construir cohetes para salir al espacio necesitaban convencer a las potencias capaces de costear ese gasto inmenso de que esos cohetes les serían útiles para controlar y quizá exterminar a su enemigo en la Tierra. EEUU no tenía las mismas necesidades que Rusia de fabricar armas impulsadas por cohetes para atacar a su rival soviético. Las condiciones del final de la Guerra, el apoyo otorgado por el plan Marshal, en fin, la reorganización del mundo en la década del ’50 hacía posible que EEUU tuviera bases militares en Europa y otras partes del planeta. Desde allí, el territorio de la URSS no quedaba lejos.

Por lo tanto, Madarys y sus científicos Nazis tuvieron que pelear mucho para conseguir presupuesto para su cohete. No solo porque no era imprescindible para la defensa, sino porque la Marina y la fuerza Aérea también estaban interesados en hacerlo. 
Glushko y Korolev, los científicos rusos a cargo de la construcción de los cohetes balísticos intercontinentales en la Unión Soviética no nadaban en un lecho de rosas. Ambos habían pasado tiempo encerrados en la fría Siberia en la desquiciada época de las purgas estalinistas (4). Para empeorar la situación, cada uno de ellos había denunciado al otro en ese nefasto pasado lleno de intrigas y falsas acusaciones. Tuvieron que sobrellevar sus viejos rencores para trabajar juntos y estaban obligados a tener éxito si no querían volver a prisión. Sus progresos y fracasos no eran públicos. En la URSS aún regía el más oscuro secretismo. Ellos podían leer en los periódicos exactamente qué estaban haciendo los norteamericanos en la carrera armamentística, pero nadie en el mundo sabía qué demonios estaban haciendo los rusos. La CÍA invertía en espionaje para obtener información sobre esos avances. Así descubrió el lugar (que había sido literalmente borrado del mapa) donde Korolev y su equipo tenían el R7, el misil que era la continuación del V2 alemán, ahora mejorado y fabricado por los rusos. Aunque del mismo modo que Von Braun, Korolev tenía una ambición mucho mayor que destruir al enemigo capitalista: soñaba con poner un satélite en el espacio usando el cohete para impulsarlo. Fabricar un cohete con una ojiva nuclear era el objetivo de la misión que le había ordenado el Partido Comunista. Desviarse de esa misión solo fue posible por su tenacidad, locura absoluta, y ese contexto tan único e irrepetible de la Guerra Fría… 
El primer satélite puesto en órbita por la humanidad fue el Sputnik 1. El 4 de Octubre de 1957 fue el día en que los rusos le ganaron a los yankis en una batalla sin muertos.
La Unión Soviética encendió una mecha poniendo ese satélite completamente inofensivo a pasar sobre territorio norteamericano con la excusa de hacer mediciones físicas, pero con el claro objeto de decirle a los estadounidenses: “los comunistas no somos primitivos, brutos ni atrasados científicamente, como se mofan ustedes. Somos capaces de mirarlos desde el cielo, si lo deseamos.” 

Y ese fue el primer hito en la “Carrera Espacial”

Sello postal

 

Mutua competencia 

A lo largo de la década del 60 EEUU y la URSS se habían convertido en superpotencias y su mutua competencia por dominar el planeta e influir ideológicamente en los demás estados terminó por poner en peligro al mundo entero. Sin exagerar, la humanidad y las demás especies del planeta estuvieron en riesgo de ser eliminados en un solo instante por la fabricación de cohetes y armas nucleares capaces de una destrucción inmensa. Sin mencionar todas las personas que murieron en los accidentes que ocurrieron a lo largo de esa década y la increíble cantidad de dinero destinado a esos proyectos.  Ah! y si, también esa década terminó por llevar a los hombres (solo a una docena de varones entre 1969 y 1975) a la Luna. El 20 de Julio de 1969 los yankis les ganaron a los rusos y ya no hubo más carrera por el espacio. El mundo volvió a cambiar, y la historia siguió su curso. 


 

D Y VON

Walt Disney y Werner Von Braun


(1)Illya Kuriaki & the Valderramas, la banda de Dante Spineta y Emmanuel Horvilleur nos recuerda a este personaje 

(2) V2: cohetes de largo alcance fabricados por el ejército alemán que fueron lanzados contra Gran Bretaña a finales de la Segunda Guerra Mundial. 

(3) La fábrica de Mittelwerk en Turingia constaba de túneles hechos en la montaña para esconder los V1 y V2 de los bombardeos aliados que ya habían destruido la fábrica original en Peenemunde. Para albergar a los trabajadores esclavos, se creó el campo de Mittelbau-Dora por el que pasaron alrededor de 60000 prisioneros entre agosto de 1943 y marzo de 1945. Si bien hay 12000 muertes registrados en el campo oficialmente por las SS, se calcula que en total fueron cerca de 20000 (entre los muertos en la construcción de
los túneles, los accidentes por explosiones, asesinatos y los que perdieron la vida en las marchas de la muerte al final de la guerra) 

(4) Durante la década de 1930, el Partido Comunista llevó adelante persecuciones políticas, espionaje, juicios y asesinatos de opositores al régimen estalinista. Al final de la década la persecución era más interna al propio partido y cualquiera podía ser acusado de traidor con falsos testigos y sufrir una condena que lo llevara a la muerte. Incluso, el propio acusado confesaba crímenes que no había cometido después de sesiones de tortura.

Por, Ruiz Alejos, Magdalena