El Día Mundial del Agua se celebra el 22 de marzo de cada año, es el elemento que sostiene la vida en nuestro planeta. Es fundamental en la composición y en el metabolismo de los seres vivos e imprescindible para el funcionamiento de los ecosistemas. Es, además, indispensable en el desarrollo de las sociedades humanas.

La existencia de agua no implica existencia de vida, pero es un escenario favorable para su aparición y desarrollo. Agua y vida están tan íntimamente asociadas en nuestro imaginario que, aunque podrían existir otras situaciones, la búsqueda de vida fuera de la Tierra es la búsqueda de agua.

En una época de intensa exploración de nuestro vecindario solar, cuando se proyectan misiones tripuladas a la Luna y a Marte que dependen de este líquido vital, obtenerlo e incluso fabricarlo de alguna manera, constituye la llave de todo. De modo que es el momento para repasar dónde podemos encontrar agua en nuestro Sistema Solar. 

La superficie de la Tierra rebosa de agua. Mares, ríos, arroyos, lagos y lagunas junto a glaciares e inmensos territorios helados nos hacen pensar que el resto de los planetas con sus apariencias inhóspitas, carecen por completo de este elemento clave...pero eso, no es exactamente así. El agua es, en realidad, algo bastante común en nuestro Sistema Solar. Incluso es común en el universo, dado que la molécula de agua está conformada por dos elementos abundantes. El hidrógeno, formado en el origen durante el Big Bang, y el oxígeno formado en el interior de estrellas como nuestro Sol. 

Por esa razón, los elementos necesarios para formar agua se encontraban presentes en la nebulosa primigenia que dio origen a nuestro Sistema Solar. Asteroides y cometas, restos de la formación de nuestro Sistema Solar, son ricos en agua. Esta se encuentra mayormente en forma de hielo, aunque se especula que también podría existir agua líquida en sus interiores. Mediante las colisiones de estos cuerpos con nuestro planeta, es que la Tierra posee gran parte del agua que tiene hoy en día. 

Pero ¿qué pasa con el resto de los planetas? ¿con los satélites?         

Planetas como Venus o Marte, que tuvieron en algún momento de su historia, agua líquida en su superficie, también la obtuvieron de las continuas colisiones de asteroides y cometas en el pasado temprano del Sistema Solar. 
Sin embargo, ninguno de esos mundos conserva agua líquida superficial. Venus debido a sus temperaturas altísimas y a su débil campo magnético que no pudo proteger la superficie del planeta frente al viento solar. Y Marte sufrió la evaporación de sus lagos, ríos e incluso un océano en su hemisferio norte, debido a la pérdida de su campo magnético y también a su baja presión atmosférica. 

Pero en Marte, la presencia de agua es importante aún hoy. Sus casquetes polares y algunos de sus cráteres en esas latitudes, contienen hielo de agua. Año a año se encuentran más evidencias de la existencia de agua líquida en el subsuelo marciano. Agua líquida que durante la temporada de verano ocasionalmente aflora (en bajas cantidades), en determinados puntos de la superficie, evaporándose rápidamente. Incluso la Luna y hasta Mercurio, considerados entre los cuerpos más anhidros del Sistema Solar, hoy están siendo estudiados por la posibilidad de contener algo de hielo, en algunos de sus cráteres polares, a los que nunca llega la luz del sol. Y en la Luna se han detectado minerales hidratados bajo la superficie y pequeñísimas cantidades de agua en los intersticios de las rocas y el polvo lunar.

Existe agua en forma de hielo en muchos de los satélites de los gigantes gaseosos, e incluso se sospecha fuertemente la presencia de océanos de agua líquida, en los interiores de varios de ellos. La candidata más firme para la presencia de un enorme océano de agua salada en su interior es Europa, la luna de Júpiter. Pero no es la única. Otros satélites de Júpiter como Callisto y Ganímedes también podrían tenerlo. Hay especulaciones similares, aunque de océanos más modestos o “en parches” en el interior de lunas como Titán, Mimas y Encelado, del planeta Saturno o Tritón, del planeta Neptuno. 

Pero aún es posible ir más lejos. El planeta enano Plutón podría esconder un océano en su subsuelo, aunque por ahora, solo sabemos que posee montañas de hielo de agua, en su superficie. Plutón se encuentra en una región del Sistema Solar, el cinturón de Kuiper, de donde provienen al menos, una parte de los cometas que se acercan al Sol.  Más allá de este cinturón, con una extensión aún no del todo definida, existe la otra región de donde provienen los cometas: La nube de Oort, probablemente el reservorio de agua en forma de hielo más grande de todo el Sistema Solar.   

       
Podemos alejarnos todavía más, hasta otros sistemas planetarios. Algunos estudios basados en datos de radio y masa de exoplanetas sugieren que el agua puede ser un componente importante de estos mundos lejanos. Los investigadores estiman que una proporción de ellos podría tener océanos globales mucho más profundos que los de la Tierra, bajo gruesas atmósferas saturadas de vapor de agua. Por ahora son sólo especulaciones basadas en modelos computacionales, pero alimentan la esperanza de encontrar otros mundos en los que la vida pueda surgir y prosperar como en nuestro propio planeta...

Pensamos que el agua es lo que hace único a un planeta como la Tierra y tenemos algo de razón. Gracias a su presencia y abundancia el planeta evolucionó geológica y biológicamente hasta ser un mundo de grandes contrastes. Sus paisajes enormemente variados alojan gran cantidad de especies y es el agua, la que sustenta la vida diversa que habita la Tierra. Por eso hoy resaltamos una vez más su importancia y la necesidad de preservarla, allí donde esté presente.   

Por: Diana Sierra y Lic. Adriana Ruiz Diaz